A aquellas personas ajenas al entorno de la contabilidad y las finanzas les resultará un poco irracional comparar la contabilidad con un arte como la pintura, la música, la poesía, etc., ya que ven todo aquello que contenga números con un tono gris u oscuro.
Pero a todos los que trabajan en este sector saben que los colores forman parte del análisis de las informaciones. Un buen ejemplo es el que indica el escritor Diego A. Sosa Sosa en su libro Arco Iris Financiero, donde describe algunos colores de la siguiente manera:
- Blanco: aclara tu situación financiera.
- Rojo: problemas financieros, deudas, etc.
- Naranja: reducción de los gastos y aumento de los ingresos.
- Azul: diferentes formas de ganarse el dinero.
- Verde: inversiones.
- Violeta: presupuestos.
La contabilidad también arte por la facilidad de recolección armónica de información financiera, teniendo una nítida idea de la situación económica de una empresa u organización.
El contador, tiene una habilidad singular en poner orden. Orden en las facturas, los depósitos, cheques, cuentas bancarias…, en la entrada de los libros y en los balances… así como en todo lo que refiere a impuestos y fiscalidad.
Realizar esta labor requiere de una solemne capacidad intelectual y artística, ya que puede transformar un auténtico desorden contable en equilibrio y armonía, aliviando el trabajo de su superior.
El contador es un artista. Un artista capaz de convertir una aterradora cantidad de números insondables, en un arco iris de información contable.